En 1976 pasó una de esas cosas de las que uno se ríe en el
fútbol colombiano: una “Dimayorada”. Junior y Millonarios se peleaban por el
Apertura de ese año, pero para ponerle un poco más de emoción y sorpresa, la
máxima dirigencia del balompié del país decidió intervenir.
Antes que todo recordemos que hasta el 2002 no hubo dos
campeones por año, para ese entonces el título del Apertura era más que todo simbólico.
Ambos equipos empataron en la punta con 39 puntos, por lo
que les tocó jugar una final a ida y vuelta. En Barranquilla los tiburones
fueron superiores y ganaron 4-1 el 18 de julio, perdiendo así los capitalinos
un invicto de 19 fechas.
Dos días después se jugaba la vuelta en Bogotá y aquí fue
donde entró la Dimayor. Veinticuatro horas antes de la revancha decidieron
cambiar el reglamente hecho en enero, sin que los dos equipos entendieran bien.
Antes estaba diseñado para que el campeón se decidiera por diferencia de goles,
es decir, Millonarios tenía que ganar por cuatro o más goles. Luego del cambio
repentino, le valía una victoria a los azules para llevar esto a un tercer
partido de dos tiempos de 15 minutos el cual se efectuaría tan solo media hora
más tarde del segundo partido. Una locura completa.
Millonarios ganó 3-1 el primer partido de la noche, por lo
que ambos, sorprendidos, se prepararon para jugar el tercer juego definitivo.
Cuando corrían catorce minutos del periodo inicial Javier
Tamayo marcó un gol para los embajadores el cual le daba el título momentáneo.
Poco después vino una fuerte falta de Dulio Miranda sobre Willington Ortiz que
le causo la roja al barranquillero. Casi de inmediato una salvajada de
Bonifacio Martínez sobre el mismo Ortiz hizo explotar los ánimos de todos. Empujones,
insultos, agarrones provocaron que el árbitro suspendiera el partido.
Cada equipo, sin saber que iba a pasar, dio su respectiva
vuelta olímpica en El Campín, esperando el veredicto final que, con el
reglamente modificado el día anterior, era para Millonarios.
La Dimayor no sabía qué hacer y, aunque suene ridículo,
decidió que lo mejor era hacer un sorteo. Sí, así es, el 29 de julio Colombia
vio por televisión nacional el sorteo del título del Apertura de 1976 que
finalmente fue para el equipo rojiblanco.
Esto me pone a pensar que si ellos son la máxima autoridad
del fútbol colombiano, ¿Qué se puede esperar del resto?