Hace unos días el presidente de Millonarios tuvo la brillante idea de decir a la luz pública que estaban pensando en devolver las estrellas de 1987 y 1988, manchadas con sangre de narcotráfico.
No critico lo que quiere hacer, pero sí le reprocho el hecho de decirlo a todo el mundo, para generar la controversia que ha causado en los últimos días. "Que tu mano derecha no sepa lo que hizo la izquierda" diría La Biblia.
La nueva dirigencia del cuadro embajador en cabeza de Felipe Gaitán creyó que esto iba a generar solo flores, pero se equivocaron.
Y es que aunque la idea es buena, la de limpiar la imagen no solo del club sino del país tras esa época de terror, hay muchos que niegan o le restan importancia al hecho de que José Gonzalo Rodríguez Gacha estuviera involucrado con Millonarios.
Los primeros en saltar fueron obviamente los participes de la consecución de esas estrellas, aduciendo a que ellos las ganaron justamente. Los hinchas tampoco se aguantaron la rabia de que les quieran quitar los títulos. Casi que los únicos que apoyan esta iniciativa son los políticos, pero es que si ellos se negaran a esto dañarían su nombre.
Realmente me parece algo admirable lo que hace el señor Gaitán. De pronto el no ser hincha del club me hace ver con otros ojos y analizar la situación. Este es un nuevo Millonarios y los directivos quieren arreglar todo lo malo de los anteriores manejos, hacer las cosas bien esta vez y ganarse todo limpiamente.
Pero ahí vienen las comparaciones ¿Y los otros equipos que también tienen su historia manchada por el narcotráfico? Es vox populi que el América de Cali y el Atlético Nacional se beneficiaron y mucho en la década de los ochentas. Es más, ambos escribieron la parte más grande de sus historias en esos años. ¿Ellos también devolverían todos esos títulos?
Y qué me dicen del resto de eventos, como la muerte de Andrés Escobar, la del árbitro Álvaro Ortega, penales sospechosos, goles inventados, compra de árbitros nacionales e internacionales, secuestros, resultados sospechosos y demás que se vivió en esa época.
Hay muchas cosas que pasaron en el fútbol colombiano que no se podrán arreglar, pero por alguna parte hay que empezar. Y aunque no todo lo que brilla es oro, la transparencia que trata de lograr Millonarios debe ser un reflejo para el resto de clubes en el país.
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