Duré un rato sentado al frente del computador, pensando
en que escribir para esta semana. Cuando se tiene 20 años, y no has vivido lo
suficiente como para tener una biblioteca mental lo bastante amplia, es muy
difícil escribir una columna deportiva semanal. Créanme, muy difícil.
Advierto que cuando terminé de escribir este texto y lo
volví a leer me di cuenta que no tiene nada que ver con una columna deportiva,
pero tiene algo de columna y algo de deporte, así que creo que cuenta.
Ya era de madrugada, tenía que enviar el texto al
mediodía y tenía tanto la hoja como la cabeza en blanco. Unos días atrás había
comprado la película de la vida de Heleno de Freitas, un grandísimo delantero
brasilero que jugó en el Junior en 1950. Pensé que de pronto si me la veía se
me ocurriría algo. Y así fue.
Viéndola me acordé de lo que leí sobre él tiempo atrás,
de lo que escuché, pero principalmente de las historias que me contaron mis
abuelos acerca de este jugador. De la clase que tenía para jugar, pero de sus
problemas con el alcohol, mujeres, sus compañeros y demás. Por un momento me
fui al pasado, y me acordé de escuchar atentamente sus relatos, acerca de cómo
se llenaba el Romelio Martínez solo para verlo jugar.
Inmediatamente se me vino a la cabeza una historia que
encontré no hace mucho en internet (no recuerdo de quien era) acerca de alguien
que contaba cómo fue su primera experiencia en el estadio. De con quién fue,
que sintió, cuál era el partido, como vestían; varios pequeños detalles,
insignificantes para algunos, pero muy importantes para él. Además el autor crea
un efecto inmediato en el lector para que trate de recordar el suyo. En mi caso
solo logré acordarme del partido.
Ahí fue cuando pensé que el fútbol, o el deporte mismo,
es más que eso. Hay veces que se convierte en una forma de conectarte a ti con
tu pasado, con tus memorias, con tus recuerdos, ya sean tristes o felices. Se
dice que el deporte traspasa fronteras, y sí es verdad, traspasa las de lo real
y lo irreal, la de lo posible y lo imposible, la de las cosas que viste o
viviste, y de las que no. Los médicos recomiendan el deporte para la salud,
pero el deporte es mucho más que eso. El deporte es mágico.
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