Este estudio se hizo con el segundo
torneo del 2012. El Junior fue el de mejor asistencia y contó con un promedio
de 21,000 personas, para un estadio de casi 50,000. Lo peor, es que el equipo
rojiblanco realizó una inversión mayúscula para sumar a jugadores como Teófilo
Gutiérrez y Dayro Moreno y hasta el final peleó por el primer puesto.
La mayor asistencia del
torneo fue un partido entre Junior y Nacional, en donde 36,899 personas
estuvieron en el estadio. Es decir, en una ciudad de más de 1 millón de
personas, a las que tenemos que sumarle los vecinos como Soledad, Galapa,
Malambo, y hasta los muy aficionados que hacen el viaje desde otros
departamentos cercanos, no pudieron si quiera llenar en un 80% el estadio.
Además me acuerdo que para esos partidos había promociones de que un niño y un
adulto entraban con 1 boleta.
Yéndonos al otro extremo
tenemos a La Equidad, que por ser un equipo nuevo que, como no un dato menor,
juega en Bogotá, es algo entendible: 866 personas fue el promedio de los
aseguradores.
En un promedio total, este
año visitaron los estadios 8,100 espectadores por fecha.
En un país que se considera
futbolero, como ahora pasan casi todos los partidos, ya la gente prefiere vérselo
en la comodidad de su casa o en algún bar con amigos, que a fin de cuentas, le
sale más barato. Pero entonces con este se deteriora todo: espectáculo, folclore, interés, inversión...
En el 2009 éramos la 31°
liga con “más” asistencia (7,896), siendo superados por ligas de muchísimo menor
nombre, como la Argelina, Australiana o hasta las segundas divisiones de
Alemania y China, así que es un mal que viene desde hace rato.
En Colombia no tenemos ningún
estadio entre los 50 con mejor asistencia, y por suerte no encontré una lista
de 100.
Mi intención con esto es que
revisemos, entre todos, que está mal. Si las máximas autoridades con su organización, los directivos con sus decisiones, el estado de las canchas, los jugadores, los equipos, o somos los hinchas los que
queremos matar al fútbol.
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