martes, 13 de marzo de 2012

Tragedias en el fútbol (II)

6 de Febrero. 1958. 03:04. Múnich, Alemania.

El Manchester United regresaba de un partido de cuartos de final de la Copa de Europa en Belgrado. Como planeado se hizo escala en Múnich. A pesar de que el avión no arrancó en los dos primeros intentos, el capitán James Thain decidió intentarlo una vez más en la helada y congelada pista. La aeronave se levantó, pero a pocos metros del aeropuerto cayó sobe una casa deshabitada. 21 personas murieron en uno de los accidentes más recordados del fútbol.





Todo empezó en la capital de la, en ese entonces Yugoslavia, cuando al jugador Johnny Berry se le perdió el pasaporte y retrasó una hora el vuelo.  En la escala, David Pegg y Tommy Taylor decidieron cambiar puestos con los jóvenes Bobby Charlton y Dennis Viollet (ojo con estos cuatro nombres) para poder ir al fondo y dormir.

Estaba nevando y era muy difícil poner en marcha el aeroplano. Ya en el tercer intento se logró levantar, pero no aguantó mucho en el aire y se derrumbó partiéndose en dos e incendiándose. Harry Gregg salió disparado a unos 30 metros del accidente para luego convertirse en el Héroe de Múnich. El arquero irlandés pudo levantarse a pesar de sus heridas y sacar del avión a Charlton, Viollet, Busby, a una pasajera y a su hija.


21 personas (jugadores, directivos, periodistas y tripulación) perdieron su vida. Entre ellos se encontraba Duncan Edwards, quien con 21 años era considerado el mejor jugador inglés del momento, y se dice que hubiera sido el mejor de la historia y de los mejores del mundo. Moriría 15 días después al no poder recuperarse. También fallecieron Pegg, Taylor y el entonces periodista Frank Swift, quien es apreciado por muchos como el mejor guardameta británico de la historia.




De los sobrevivientes muchos no jugaron más, ya que no se recuperaron de sus lesiones, tales como roturas en el cráneo o cadera. Otros, por miedo o dolor, se fueron del equipo o se retiraron del fútbol.

A los Busby Babes (conocidos así por su juventud y entrenador Matt Busby) les costó mucho recuperarse del accidente. Se perdió una gran camada de jugadores, pero con un equipo conformado sobre la espalda de Sir Bobby Charlton y George Best (nuevo jugador), los diablos rojos lograron reponerse. Cinco años más tarde lograron su primer título luego del accidente y, más importante, convertirse en lo que son hoy en día. 


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