miércoles, 18 de abril de 2012

ConTEO Negativo

Hay un jugador colombiano que cada semana está en la prensa argentina. Él alterna las cosas positivas y las negativas. Cuenta con unas características envidiables que han logrado ganar elogios y corazones. Muchos lo tienen como ídolo, pero lo que hizo Teófilo Gutiérrez el último fin de semana es muy reprochable y es un llamado de atención para el fútbol colombiano.

El sábado en el clásico que enfrentaba a Racing contra Independiente, Teófilo perdió la cabeza. Cuando su equipo perdía por 2-1 (gol de Teo) contra su eterno rival y ya se había quedado en desventaja numérica, el colombiano insultó al árbitro y dejó a su equipo con dos jugadores menos. Esto es una constante en el colombiano, por lo que no llamaba tanto la atención, pero lo que paso después es lo inusual.

En el camerino hubo puños entre él y el capitán del equipo. Luego sacó una pistola de paintball de su maletín. En ese momento todos pensaban que era un arma de verdad y sintieron pánico. Acto inmediato Teo cogió sus cosas y se fue solo en un taxi.

Al día siguiente dijo que nunca sacó un arma, pero el domingo por la noche el presidente del equipo confirmó que el goleador si cometió tal acto. También dijo lo que era un secreto a voces: después de semejante espectáculo era imposible que el jugador siguiera en las filas de la institución.

Ahora, en su segundo fracaso en el exterior, tras regresar de Turquía sin permiso alegando a distintos problemas de salud, lo más seguro es que Teo regrese al Junior, entrene unos meses hasta mitad de año y después… amanecerá y veremos.

Pero este no es el único caso. Hay varios casos de colombianos que defraudan a sus equipos y ponen a pensar si los jugadores nacionales están preparados para emigrar.

Dos ejemplos: Faustino Asprilla una vez llegó a un entrenamiento en la Universidad de Chile haciendo tiros al aire. Jorge “La Babilla” Díaz se fue de su club en Azerbaiyán sin permiso y fue suspendido del fútbol por cuatro meses. Sencillo.


En mi opinión, a Teófilo lo engrandecieron mucho en Argentina. La prensa lo subió en un pedestal, no supo cómo manejarlo y sacó esa parte negativa de la infancia que le toco vivir. Esto es un llamado de atención para  los equipos colombianos, invertir en las inferiores es primordial, no solo en lo futbolístico, pero también en lo académico y psicológico.

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