A medida que pasan los años, y el dinero se vuelve tan indispensable y tan preciado, el fútbol ha ido careciendo de espectáculo y cada vez se transforma más en una empresa.
El negocio hoy en día es sacar un jugador de las inferiores, o comprarlo cuando aun es desconocido, y lograr venderlo a mayor precio. Para los altos mandos, ese es el fútbol.
Con la crisis económica de los últimos años, lo que afirmé en el párrafo pasado ha ido incrementando y mucho en el fútbol colombiano. Antes se creía en el proceso, de moldear un equipo, de construirlo poco a poco. Pero ahora, cuando el castillo de naipes esta armado, viene un club extranjero que ofrece unos cuantos dólares y ¡puf!... adiós.
También hay algunos que piensan que la billetera resuelve todo. Dos ejemplos puntuales a nivel nacional e internacional.
El Atlético Nacional trajo a todos los que podía y armó un equipo de ensueño. En la Copa Libertadores les ha funcionado (por ahora), ya que juega una vez cada tres semanas y basta con una noche inspirada de sus jugadores. Pero en el torneo local, que juegan entre una y tres veces por semana, no basta con una tarde mágica.
Se tiene que ver un equipo, una unidad, no once jugadores corriendo detrás de un balón de un lado para el otro. Su puesto catorce en la tabla de posiciones habla por sí solo.
El otro ejemplo es el Real Madrid. Al fin parece que es su año, pero después de haber invertido millones en muchísimos jugadores y tratar de que se aceitaran en poco tiempo. En la temporada que menos inversión realizaron, y donde nada mas contrataron "suplentes de lujo", es donde mejor les ha ido.
Ya no son solo piezas regadas, ya son una maquina de precisión, potencia y, a veces, exquisitez.
En la contraportada de esto encontramos al que muchos dicen es el mejor equipo del mundo.
El Barcelona cuenta con unos principios que se basan en promover a gente de la cantera, y de esa manera han logrado cosas históricas y admirables para el público. Los Xavis, Iniestas y Messis salieron de ahí.
En el fútbol el dinero no lo es todo, existe el corazón, el creer, los procesos. Te caerás mil veces, y es bueno tener a tu gente que te ayude a levantarte, no a diez extraños peleándose por ayudarte a ponerte de pie.
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